Escuela Aprende Libre

A través de la utilización de la Metodología Basada en Proyectos (ABP), los estudiantes de primaria de la Escuela Aprende Libre Isla Robinson Crusoe, junto a sus profesores, se embarcaron el la confección del primer libro de cuentos creado por estudiantes en la Escuela. Inspirados en su propia experiencia isleña, y en su relación con sus mascotas gatunas, durante 4 semanas trabajaron en los distintos aspectos que implica la creación de un cuento. Desde la idea original, el desarrollo de personajes, el guion narrativo, y los complementos gráficos de imágenes para darle vida a su imaginación.

El proyecto se enmarcó en los contenidos curriculares de la asignatura de Comunicación y Lenguaje para el tema de narrativa, estructura de un cuento, y el arte de contar historias. Una vez escogidos los personajes, las características del entorno, y la trama general de la historia, se procedió a desarrollar la historia, con una introducción, la aparición de un conflicto, la estrategia para resolverlo y el desenlace final.

Para la creación de imágenes, utilizamos herramientas de Inteligencia Artificial en la modalidad text-to-image (texto-a-imagen), usando el programa Ideogram ai, incorporando al proyecto la utilización de herramientas tecnológicas de última generación, y aprovechando de familiarizarnos con le idioma inglés para entregarle a la Inteligencia Artificial las instrucciones necesarias para la confección de las imágenes que estaban en la ,mente de los estudiantes y que complementaban visualmente su narración.

Como parte de una cultura insular, el medio acuático y la naturaleza de mar son inherentes al paisaje y a los modos de vida de subsistencia de la comunidad isleña. Parte del programa integral que ofrece la Escuela Aprende Libre, consiste en familiarizar a la/os estudiantes con el medio acuático, enfrentar desafíos y conocer un ambiente diferente, prácticamente desconocido en toda su inmensidad y profundidad. Conocer nuevas habilidades, superar metas, y descubrir un mundo desconocido por mucha/os, permite expandir los horizontes y las perspectivas de las generaciones futuras.

Dentro de las actividades cotidianas, cocinar es una de las más gratificantes. No solo porque se disfruta saboreando el producto final, sino porque además, en un contexto educativo, permite desarrollar habilidades que nos acompañarán toda la vida. Al seguir las instrucciones que dicta la receta, aprendemos orden, estructura y secuencia de procesos. Al tratar con los ingredientes, conocemos sus orígenes y de qué están compuestos; y al pesar o medir cantidades, practicamos habilidades matemáticas, junto con la organización del trabajo en equipo que implica trabajar en la cocina.